Las crisis hemorroidales son el resultado de la dilatación y distención de las venas del área anal y rectal. Es decir, una hemorroide surge cuando se inflaman e hinchan las venas del recto y el ano. Los síntomas pueden variar, aunque generalmente son el picor, el escozor, el sangrado rectal con o sin defecación, el dolor, la sensación de evacuación incompleta o el estreñimiento.
El alcohol, aunque no es uno de los factores determinantes en la aparición de hemorroides, puede empeorar los síntomas de quien las sufre, especialmente un consumo excesivo. Como producto irritante, puede contribuir al estreñimiento, agravando el problema, y a la inflamación de las hemorroides que ya existen.
Peligros del alcohol
En la relación entre alcohol y hemorroides, éste primero no solo es perjudicial para las hemorroides sino para la salud en general. Su consumo excesivo puede desembocar en graves problemas mentales y físicos. Desde provocar una mala alimentación hasta desembocar en otras enfermedades relacionadas con órganos vitales.
Abusar del alcohol aumenta las posibilidades de padecer problemas de corazón como la enfermedad coronaria o la hipertensión arterial. También incrementa el riesgo de desarrollar cirrosis y hepatitis alcohólica. La salud mental también está en riesgo ante un consumo excesivo de alcohol, ya que es posible acabar padeciendo ansiedad y depresión.
Estreñimiento
Para mejorar la salud intestinal, es recomendable limitar el consumo de alcohol y reducir, también así, las posibilidades de sufrir o empeorar el estreñimiento y las hemorroides.
El alcohol, además, influye en la dieta: las bebidas alcohólicas son altas en calorías y bajas en fibra, con sus consecuentes perjuicios para el estreñimiento. Además, su consumo abundante ralentiza el tránsito intestinal.
Problemas digestivos
Entre todos los problemas que puede causar un consumo desmesurado de alcohol, también están los digestivos.
- Pancreatitis: inflamación del páncreas que provoca dolor intenso, fiebre, náuseas y vómitos.
- Cirrosis: cirrosis hepática, hepatitis alcohólica e hígado graso.
- Irritación del tracto gastrointestinal: al irritarse la mucosa, se puede inflamar la zona y causar dolor, náuseas, vómitos, fiebre y diarrea.
- Úlcera gástrica: úlceras en el estómago y duodeno que provocan sangrado digestivo, náuseas, vómitos y dolor intenso.
- Diarrea e intestino irritable.
Deshidratación
El alcohol deshidrata, aunque solo sea una cerveza. Por eso, después de beber mucho, sufrimos resaca. Pero además de dolor de cabeza, esta deshidratación empeora los síntomas de las hemorroides. El alcohol deshidrata el cuerpo, incluyendo las venas, que se vuelven más rígidas y difíciles de transitar. También dificulta que el intestino absorba agua, por lo que empeora el estreñimiento y sus consecuencias, entre ellas las hemorroides.
¿Por qué el alcohol puede causar hemorroides?
Aunque no existe una relación directa entre alcohol y hemorroides, un consumo excesivo de éste contribuye al incremento de factores de riesgo. Al ser una bebida diurética, el alcohol causa deshidratación y estreñimiento, lo que favorece la aparición de hemorroides y complica su tratamiento.
Los vasos sanguíneos también pueden inflamarse y dañarse con el consumo abundante de alcohol, con el consecuente riesgo de inflamación de las venas del recto y el ano.
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