Las hemorroides externas son venas hinchadas y dilatadas alrededor del ano y la parte inferior del recto. Sus terminaciones nerviosas hacen que causen dolor, picazón, inflamación y enrojecimiento en la zona anal.
También pueden provocar que tengas la sensación de tener una protuberancia dolorosa o un coágulo de sangre (trombosis) en el área del ano.
Junto con las hemorroides externas existen otros tipos de hemorroides: internas y mixtas. Cada una requiere la evaluación de un profesional médico para obtener un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado.
Causas de las hemorroides externas
Aparecen por un aumento de presión en las venas del ano, el cual puede producirse por diferentes motivos: el estreñimiento, una dieta baja en fibra, la falta de actividad física, realizar un esfuerzo excesivo al defecar, diarrea crónica, pasar mucho tiempo sentado o la edad, entre otros.
El embarazo también puede ser una de las causas de las hemorroides externas porque el peso del feto aumenta la presión sobre las venas anales, además de los cambios hormonales que se producen, la tendencia a padecer estreñimiento y la disminución del retorno venoso. Una vez pasado el periodo de gestación, el Hemorror suele desaparecer. [1]
Estreñimiento
Esta condición puede aumentar la probabilidad de desarrollar hemorroides externas debido al esfuerzo adicional requerido durante la defecación. El estreñimiento crónico hace que las personas hagan más fuerza al evacuar, lo que aumenta la presión en las venas del recto y puede provocar su inflamación.
Dieta baja en fibra
Una alimentación deficiente en fibras contribuye al estreñimiento y, por ende, al desarrollo de hemorroides. La fibra ayuda a suavizar las heces y promueve un tránsito intestinal regular, disminuyendo así la necesidad de esfuerzo durante la defecación.
Falta de actividad física
La inactividad física puede llevar a un estancamiento en el sistema digestivo, exacerbando el estreñimiento y el esfuerzo durante la evacuación. El ejercicio regular fomenta la motilidad intestinal, reduciendo el riesgo de estreñimiento y de hemorroides.
Esfuerzo excesivo al defecar
El esfuerzo continuo y excesivo al intentar evacuar puede causar un aumento de la presión en las venas del recto, llevando a la posible formación de hemorroides externas. Adoptar una postura correcta y evitar el esfuerzo prolongado puede ayudar a prevenir esta condición.
Síntomas de las hemorroides externas
Este es uno de los síntomas más comunes de las hemorroides y suele ocurrir durante o después de la defecación. El sangrado puede ser un indicador de la ruptura de una hemorroide externa o de la irritación de éstas debido al esfuerzo. A menudo, se manifiesta como pequeñas cantidades de sangre roja brillante en el papel higiénico o en las heces.
La inflamación es una respuesta natural del cuerpo a la lesión. En el caso de las hemorroides externas, la inflamación puede ser visible y palpable alrededor del ano. Esto se debe a la dilatación de las venas y el aumento de la presión en la zona, lo que resulta en hinchazón y a veces en la formación de un bulto sensible al tacto.
La irritación y la humedad constante en la zona afectada pueden llevar a un intenso picor. Este síntoma es particularmente molesto y puede ser exacerbado por la secreción mucosa de las hemorroides internas prolapsadas o por la irritación de las hemorroides externas. Mantener la higiene en el área anal sin excederse en la limpieza puede ayudar a aliviar este síntoma.
El dolor es un síntoma común, especialmente cuando las hemorroides externas se trombosan o se inflaman significativamente. La zona anal es particularmente sensible y la presión adicional de sentarse o defecar puede incrementar el malestar. El dolor suele ser más intenso durante y después de la defecación.
Tratamiento de las hemorroides externas
El tratamiento de hemorroides externas abarca opciones quirúrgicas y no quirúrgicas, orientadas a aliviar los síntomas y prevenir futuras complicaciones. Desde cambios en el estilo de vida y tratamientos tópicos hasta procedimientos mínimamente invasivos y cirugías, las estrategias terapéuticas se adaptan a la gravedad de cada caso.
Tratamientos no quirúrgicos
Un profesional de la salud puede recomendarte seguir una dieta equilibrada que evite el estreñimiento y mantener una hidratación correcta y un estilo de vida activo, evitando el sedentarismo y permanecer sentado largos periodos de tiempo.
Existen medicamentos tópicos de venta libre indicados para aliviar los síntomas de las hemorroides. Pregunta a tu farmacéutico por aquellos que contengan trimebutina y ruscogenina, con acción anestésica, antiinflamatoria y antiespasmódica y combate el Hemorror.
Tratamientos quirúrgicos
Los tratamientos quirúrgicos para las hemorroides externas incluyen la hemorroidectomía, que remueve el tejido hemorroidal, o la ligadura con banda elástica, adecuada para casos severos. Estos procedimientos se realizan bajo anestesia y buscan aliviar el dolor, el sangrado y otros síntomas persistentes, ofreciendo una solución a largo plazo. Te invitamos a conocer más sobre la cirugía de hemorroides en nuestro blog.
REFERENCIAS
- García del Pozo. J (2005) Tratamiento y consejo farmacéutico. Offarm, 24 (10) 66 – 70. https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-hemorroides-13081747