Las almorranas, también conocidas como hemorroides, son venas hinchadas en la zona del recto y el ano. Imagínalas como pequeñas bolsas que se inflaman y provocan molestias o dolor. Una crisis hemorroidal ocurre cuando estas venas se irritan tanto que los síntomas de las hemorroides se intensifican y causan un dolor insoportable de almorranas.
Esto puede deberse a varias razones, como pasar mucho tiempo sentado, hacer esfuerzos al evacuar o cambios en la alimentación. ¡Te contamos todo en este post!
Causas que contribuyen a una crisis hemorroidal
Una crisis hemorroidal no aparece de la nada. Suele ser el resultado de varios factores que aumentan la presión en las venas del recto y el ano. Veamos cuáles.
Vida sedentaria
Si eres de los que pasan mucho tiempo sentado o sin hacer mucha actividad física, puede que esto esté afectando más de lo que crees a la zona de tu recto. Pasa lo mismo que cuando estás bastante tiempo en una misma postura y se te cargan las piernas. El problema es que en el ano es más difícil sentirlo y mucha gente no se da cuenta y no le pone remedio, causando un picor de hemorroides difícil de gestionar.
Estreñimiento
Forzarse demasiado al ir al baño es un enemigo directo de las venas en esta área, ya que eleva la presión sobre ellas y terminan inflamándose. Te recomendamos incorporar más fibra en la dieta y que te asegures de beber abundante agua. Es uno de nuestros consejos mano de santo para las hemorroides.
Diarrea
Si el estreñimiento es un problema para esta afección, más lo es la diarrea. Es un factor muy irritante. Puedes ampliar más la información sobre diarrea y almorranas aquí.
Cafeína
La cafeína, un estimulante presente no solo en el café sino también en el té, refrescos y algunos medicamentos, tiene un impacto en nuestro sistema que se vincula indirectamente a esta afección. Si quieres saber si el café es malo para las hemorroides, lee nuestro artículo del blog dedicado a ello.
Síntomas de una crisis hemorroidal
Cuando se presenta una crisis hemorroidal, tu cuerpo te envía señales claras de que algo no va bien. Estos son los síntomas más comunes que te pueden hacer sospechar que estás ante una crisis. Hablaremos de cada uno de forma sencilla para que sepas qué esperar.
Dolor
El síntoma más evidente es el dolor. Puede variar desde una molestia leve hasta una sensación intensa y persistente, especialmente al sentarte o al ir al baño. Recuerda que el dolor hemorroidal agudo no es normal y que debes acudir a un especialista para que te ayude a encontrar el mejor tratamiento de las hemorroides.
Sangrado
Ver sangre después de ir al baño puede ser alarmante, pero es un síntoma común de las almorranas en crisis. Normalmente, este sangrado es leve y lo notas al limpiarte o en el papel higiénico. Aunque suele ser poca cantidad, cualquier sangrado es una señal de que debes prestar atención.
Prolapso o trombosis
El prolapso ocurre cuando una almorrana interna se inflama tanto que sobresale por el ano. Puede sentirse como un bulto y ser especialmente incómodo al sentarse o moverse. La trombosis, por su parte, sucede cuando se forma un coágulo, lo que puede hacer que el dolor se intensifique de manera significativa. Te dejamos más información sobre las hemorroides trombosadas aquí.
¿Cuál es la duración de una crisis hemorroidal?
Una de las primeras preguntas que te haces cuando experimentas una crisis hemorroidal es cuánto tiempo va a durar el malestar, no obstante, la respuesta varía según cada persona y la severidad de la crisis.
En este caso, tenemos un artículo más extenso sobre cuánto tiempo puede durar una hemorroide externa o interna, según diversos casos. ¡Te animamos a leerlo!
Es importante recordar que, aunque los síntomas pueden desaparecer, si no se hacen cambios en el estilo de vida que contribuyan a la situación, las crisis pueden volver. Por eso, prestar atención a las señales de tu cuerpo y tomar medidas preventivas es esencial para evitar recurrencias.
A qué médico debes acudir si sufres una crisis hemorroidal
Si te encuentras en medio de una crisis hemorroidal, lo primero es consultar a un médico de familia o un médico general. Estos profesionales pueden valorar tus síntomas y darte consejos sobre tratamientos y cuidados básicos. Para síntomas leves, estos consejos suelen ser suficientes para mejorar tu situación.
Sin embargo, si la crisis es severa, no mejora o los tratamientos iniciales no resultan efectivos, el médico de familia te derivará a un especialista. Los especialistas en estos casos son el gastroenterólogo, para problemas digestivos, o un cirujano coloproctólogo, para tratar específicamente problemas del colon, recto y ano.
Estos expertos tienen a su disposición tratamientos más específicos, como terapias mínimamente invasivas, uso de láser o cirugía en situaciones complejas. No retrases la visita médica si los síntomas afectan tu día a día o si observas signos de complicaciones como sangrado intenso.