¿Te has preguntado cuándo operar las hemorroides? ¡No te preocupes, aquí te lo contamos! No hay una respuesta única para todos. Cada caso es diferente y depende de diversos factores, como los grados de las hemorroides, la frecuencia con la que aparecen y su intensidad.
Si estás sufriendo dolor, sangrado o inflamación en la zona anal, es posible que necesites una intervención quirúrgica. Si esto te suena familiar, no dudes en seguir leyendo para conocer las señales a las que debes prestar atención y cuándo debes consultar a un especialista.
¿Cuándo hay que operar las hemorroides?
¿Cuándo hay que operar las hemorroides? Cuando los síntomas que experimentas, como dolor, sangrado e inflamación son persistentes y no mejoran con tratamientos no quirúrgicos.
Para someterse a una cirugía de hemorroides, otro factor importante es la frecuencia y la intensidad de los episodios. Si éstos son recurrentes y afectan tu calidad de vida, la cirugía puede ser una buena opción para ti. Además, el tipo de hemorroides que tengas también puede influir en la decisión de operar o no.
Consejos preoperatorios
Si tienes programada una cirugía de hemorroides, toma ciertas medidas preoperatorias para que todo salga bien. Aquí te dejamos algunos consejos que te pueden ayudar:
- Habla con tu médico sobre cualquier inquietud que tengas para entender el procedimiento, las expectativas y los riesgos.
- Sigue las instrucciones de tu médico.
- Prepara tu casa para que sea un lugar cómodo y acogedor para tu recuperación.
- Considera tu dieta y adáptala si así te lo recomienda el médico.
- Asegúrate de tener apoyo, pide ayuda a amigos o familiares durante tu recuperación.
- Relájate porque es común sufrir ansiedad antes de una cirugía.
Consejos postoperatorios
Después de una cirugía de hemorroides, debes cuidar bien la zona operada y seguir las indicaciones de tu médico para tener una buena recuperación:
- Descansa lo suficiente después de la cirugía y evita levantar objetos pesados.
- Toma los medicamentos recetados según las indicaciones de tu médico.
- Sigue una dieta adecuada, suave y rica en fibra para evitar el estreñimiento y las complicaciones.
- Cuida la zona operada: limpia la zona anal después de cada evacuación de manera suave y cuidadosa.
- Evita el esfuerzo durante la defecación.
- Sigue todas las instrucciones de tu médico, incluyendo las visitas de control y los cuidados de la herida.
Recuerda que la recuperación de una cirugía de hemorroides puede necesitar varias semanas y debes seguir las recomendaciones de tu médico para tener una pronta y completa recuperación.
Posibles riesgos cuando hay que operar hemorroides
Aunque la cirugía de hemorroides es segura, existen algunos riesgos asociados a este procedimiento, como a todas las intervenciones en el quirófano. Por ejemplo, el sangrado excesivo, una infección de la herida, un dolor intenso, la retención urinaria, la estenosis anal y el daño al esfínter anal.
Además, también existe el riesgo de una recaída de las hemorroides después de la cirugía. Sin embargo, estos riesgos son relativamente bajos y pueden ser reducidos si se sigue adecuadamente las instrucciones de pre y postoperatorio.
¿Cuáles son las opciones quirúrgicas?
Existen varias opciones quirúrgicas para tratar las hemorroides que varían en función de la gravedad de los síntomas y de la extensión de las hemorroides. No todas las opciones quirúrgicas son adecuadas para todos los casos.
- Hemorroidectomía: es la cirugía más común para tratar las hemorroides graves y consiste en extirpar las hemorroides mediante una incisión en la zona anal.
- Ligadura de hemorroides: consiste en colocar un anillo de goma alrededor de la base de las hemorroides para estrangularlas y que caigan.
- Coagulación: mediante un láser o una corriente eléctrica, se coagulan las hemorroides y se reduce su tamaño.
- Escleroterapia: se inyecta una sustancia esclerosante en la zona de las hemorroides, lo que provoca su cicatrización y reducción de tamaño.
Alternativas a la operación de hemorroides
Existen varias alternativas no quirúrgicas para aplicar un tratamiento para las hemorroides que pueden ser útiles en casos leves o moderados. Por ejemplo, adaptar tu alimentación incrementando el consumo de fibra, fruta y agua para evitar el estreñimiento; hacer ejercicio de forma regular y evitar estar sentado o de pie durante largos períodos de tiempo.
También puedes hacer uso de medicamentos, como los orales o las cremas o pomadas que contengan ruscogenina y trimebutina para aliviar la inflamación y el dolor; o recurrir a la terapia con láser o luz infrarroja, técnicas que utilizan la luz para coagular la sangre en las hemorroides y reducir su tamaño: son técnicas no invasivas y relativamente indoloras.